‘Octopussy’, un filme altamente entretenido y recomendable

Continuamos analizando las película de James Bond. Hoy el turno es para la cinta de 1983, ‘Octopussy’, la sexta cinta protagonizada por el actor británico Roger Moore. Rescatamos la crítica de este filme de Bond, gracias al esfuerzo realizado por la página argentina SSSM, portal especializado en el personaje de Ian Fleming.

Ficha técnica

Gran Bretaña 1983: Intérpretes: Roger Moore (James Bond), Maud Adams (Octopussy), Louis Jourdan (Kamal Khan), Kristina Wayborn (Magda), Kabir Bedi (Gobinda), Steven Berkoff (General Orlov), David y Anthony Meyer (los gemelos), Vijay Armitraj (Vijay), Desmond Llewelyn (Q), Robert Brown (M), Walter Gotell (General Gogol), Lois Maxwell (Miss Monepenny).

Director: John Glen – Argumento: “Octopussy” y “The property of a lady”, cuentos de Ian Fleming – Guion: George MacDonald Fraser, Richard Maibaum, Michael G. Wilson – Fotografía: Alan Hume – Música: John Barry – Canción del título: “All time high”, letra de Tim Rice, música de John Barry, interpretada por Rita Coolidge – Diseño de producción: Peter Lamont – Productor ejecutivo: Michael G. Wilson – Productor: Albert R. Broccoli.

 

Sinopsis

Un agente 00 es asesinado en Berlín, y junto a su cadáver se encuentra una réplica de un huevo de Fabergé. 007 es enviado a investigar, y encuentra que el huevo original está a punto de ser subastado. El comprador resulta ser el magnate hindú Kamal Khan. Tras seguirle la pista a Khan, Bond descubrirá que el magnate se encuentra vinculado al contrabando de joyas, que el huevo Fabergé en realidad formaba parte del inventario del tesoro del Kremlin – donde se están reemplazando los originales por copias -, y que el cargamento de joyas sustraídas será despachado hacia Berlín Oriental, camuflado en el convoy que lleva al circo regenteado por una misteriosa mujer que se hace llamar Octopussy. Pero lo que 007 ni imagina es que todo se trata de un complot del desquiciado general ruso Orlov, que sustituirá a último momento las joyas por un dispositivo atómico.

Al estilo Indiana

Si con Moonraker, Broccoli quiso hacer una cinta al estilo Star Wars, con Octopussy la intención era hacer algo parecido a la película de George Lucas con Indiana Jones. Por supuesto que en este filme James Bond no se encuentra tras ninguna rareza arqueológica. Pero la tercera pista del circo – la dirección de la acción – está orientada a lugares exóticos y a largas e interminables – pero muy entretenidas – persecuciones que escapan a toda lógica, muy similar a Raiders of the Lost Ark.

 

Muy entretenida

Además, el final de la película no es más que una serie de persecuciones encadenadas que toman con facilidad la última media hora del filme al estilo Indiana. Como Indy, Bond cae, sufre y se levanta, vuelve a caer, sufre y se levanta, y así sucesivamente. Y tanto por esta última media hora como con las persecuciones al principio y durante la cinta, resultan tan disparatadas como brillantemente ejecutadas – con nervio y tensión, algo que Glen, quizás cansado de la serie, olvidaría en Licence to Kill – que sólo observarlas hacen que valga la pena el ticket de admisión (o el alquiler del video).

 

Argumento

Mientras que esta tercer pista es verdaderamente deslumbrante y excitante, en la primera pista encontramos el argumento. No es mala la idea de imaginar a un general ruso loco intentando explotar una bomba atómica para lanzar su propia guerra mundial. La que es mala es la implementación del tema. Toda la historia de las joyas del Kremlin y del huevo Fabergé carecen de sentido, y el espectador llega a un momento en que se pierde y decide abandonar cualquier intento de hallar una explicación lógica.

 

Lógica

Pero no sólo es la punta inicial la que está mal hilvanada; con el desarrollo de la historia también encontramos otros aspectos y personajes ciertamente incomprensibles. La idea de una mujer armando un séquito de mujeres, podría resultar interesante, incluso exótico. Pero cuando las integrantes de la congregación de Octopussy andan vestidas con látex y portaligas, lo único que se asemeja es a un burdel grotesco, cuya única intención es mostrar carne en la pantalla. Tanto la visita de 007 al palacio de Octopussy, como el ataque al palacio de Khan resultan atroces en cuanto a buen gusto se refiere. Y no es que uno esté en contra de mostrar mujeres sexys y ligeras de ropas en la pantalla.

 

Cuentos

También está el desarrollo de los personajes. A esta altura, Fleming estaba muerto y enterrado como influencia. El film vagamente toma uno o dos aspectos de un par de cuentos como el agente muerto en Berlín, o la historia del mayor Smythe, que en realidad era un oficial inglés que se había quedado con un cargamento extraviado de oro, que 007 lo había descubierto, y que le daba la opción a suicidarse (y Octopussy era el nombre de un pulpo que deseaba cazar el oficial inglés en su refugio en el caribe). También está la historia de la subasta del huevo de Fabergé, que en realidad servía para atrapar a agentes rusos que se financiaban con dicha venta. Todo esto en el film dura tres minutos en escenas fragmentadas, y todo el delirio del general ruso atacando a occidente es pura invención.

 

Copia

Si con Diamonds Are Forever se había mostrado una tendencia – que se confirmaría y ampliaría con el resto de los filmes de Moore – , era que la serie oficial iba a tomar prestada cosas de sus imitadores. Especialmente de la serie Flint y Matt Helm. Primero, elementos de comedia. Segundo, Bond como héroe súperhumano, impasible ante cualquier peligro. Tercero, el exagerado sexismo de Bond, donde el agente intercambiaba dos palabras con cualquier mujer, e inmediatamente caía en sus brazos. Es realmente un enfoque divertido y contrario al despiadado mujeriego que simbolizaba Connery, y que Moore había adoptado a sabiendas que intentar imitar al escocés era un partido perdido para él.

 

Decadencia

Pero acá la fórmula venía en decadencia. Mientras cada vez más cosas disparatadas suceden en escena, más creemos que se tratan de dobles y no del mismo Moore. Y si bien el inglés solía poner cerezas divertidas como corolario del postre, aquí a veces parece un chico jugando con smoking en el set de filmación de un film Bond. Desde los comentarios en la cena con Kamal Khan, pasando por la ridícula pelea en medio de fakires en las calles de la India, hasta la persecución en la jungla, con 007 colgando de las lianas y gritando como Tarzán… resulta obvio que ni el equipo de filmación ni los intérpretes, ni siquiera el público toman en serio ya más nada, y todo el espectáculo llega a los bordes de la caricatura.

 

Espectáculo

¿Cómo es Octopussy como película?. Argumentalmente es poco coherente. Actoralmente es una desgracia. Pero tanto la música de John Barry, los escenarios y, especialmente, lo disparatado y entretenido de las innumerables persecuciones son de tan buena calidad (o filmadas con tanto nervio), que nos hacen olvidar de todas las fallas restantes. Es un gran espectáculo de dobles, y ocasionalmente algunos de los remates de Moore son graciosos. Ciertamente el trabajo de acrobacias hace que el filme supere su mediocridad y quede como bueno y recomendable.

 

Conclusión

Acción descontrolada y pura adrenalina hacen que el filme supere su mediocridad. El argumento es excesivamente complicado y no siempre lógico, hay bastantes escenas ridículas y el nivel actoral es abismal. Pero tanto las persecuciones como la siempre excelente música de John Barry hacen al film altamente entretenido y recomendable.