Galán, aventurero y héroe romántico son las características que reflejó en sus películas, el carismático Errol Flynn (1909 -1959). Considerado el sucesor natural de Douglas Fairbanks, tuvo el reconocimiento mundial por los papeles interpretados en Hollywood en la edad dorada del cine. Bienvenidos a miércoles de acción para conocer uno de los grandes que dio el cine.
Errol Flynn
Sus dotes de actor atleta y el carisma ante las cámaras sin duda vienen desde la infancia. Su padre, Theodore Thomson Flynn era oceanógrafo, biólogo y antropólogo y de alguna manera influyó en su personalidad, especialmente cuando su madre le decía: ‘el demonio de pantalón corto’, frase que revalidó en su biografía con la siguiente oración: «El recuerdo principal que guardo de mi infancia es el de unas nalgas martirizadas». Además, se destacó en todos los deportes, pero adquirió también la afición del teatro y cierta destreza como escritor.
Su hiperactividad le dio mucho por hacer en su juventud: campeón junior de boxeo para Australia, recorrió el mundo con unos amigos, fue marinero, periodista, pescador, buscador de oro, ayudante de cocina, peón en una plantación de cocos, cultivador de tabaco, hasta que se contagió de malaria y eso le ayudo asentarse un poco.
Sus comienzos
Sin embargo, Errol decidió convertirse en actor, y fue descubierto por un cazatalentos que lo descubrió en EE.UU. Su innegable atractivo y atributos físicos, así como una personalidad histriónica y desbordante, resultaban una mezcla atractiva en la pantalla grande, de forma que, tras algunos papeles episódicos, tuvo sus primeros personajes importantes en El capitán Blood (1935) y La carga de la Brigada Ligera (1936). El éxito con mayúsculas le llegó, sin embargo, con Robin de los bosques (1938).
El aventurero
Flynn filmó siempre las escenas peligrosas de acción que debían hacer sus dobles, con los cuales prefería emborracharse. Tenía, sin embargo, una concepción extraña del valor; pensaba que no era una cualidad constante y que incluso las naturalezas más fuertes podían flaquear en algún momento. Llegó a todos los límites posibles probando, como sinceramente declara en sus memorias, drogas como el opio, la marihuana, la cocaína y todo tipo de afrodisiacos, y no negó su adicción al peligro, al sexo, explorando la bisexualidad, y a sostener innumerables líos de faldas. Su estilo formal y apariencia, sinónimo de éxito personal, fue simiente de una moda varonil entre actores y jóvenes adultos de los años 50.
Éxitos
Entre todos sus grandes éxitos destacaron los dirigidos por Michael Curtiz, anteriormente casado con su esposa francesa, la actriz Lili Damita, con el que colaboró en once largometrajes, y por Raoul Walsh, para el que trabajó en siete películas. Olivia de Havilland se convirtió desde que trabajó con él en 1935 en su pareja cinematográfica ideal, ya que la serenidad de la actriz neutralizaba la insolencia y desenvoltura de Errol Flynn. Fue además muy amigo del magnate Howard Hughes, con quien compartía muchas de las fiestas privadas que organizaba.
Finalmente, con solo 50 años, Errol Flynn había muerto de un ataque cardiaco. Los forenses afirmaron que su cuerpo se hallaba tan deteriorado por el alcohol y las drogas que representaba el de un hombre de 70 años.
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