El director Iván Guarnizo plasmó el recorrido que realizó de manera forzosa su madre Beatriz Echeverry, durante su secuestro en las selvas colombianas. La cinta documental ‘Del otro lado’, es una travesía para encontrar a quienes la mantuvieron en cautiverio, pero ante todo un camino hacia el perdón y la reconciliación. Artículo publicado en el periódico ADN de Medellín.
‘Del otro lado’
La cinta que actualmente se encuentra en cartelera, relata como el director y su hermano se enfrentaron al fantasma del secuestro de su madre Beatriz, quien durante 18 meses estuvo cautiva en las selvas del Guanía, por parte de las extintas FARC-EP. La valiente decisión de recrear este doloroso momento para la familia la tomó Iván mientras veía la transmisión de la firma de los Acuerdos de Paz en 2016 y se preguntaba qué habría pasado con los jóvenes guerrilleros de los que Beatriz habló tras ser liberada y si aún la recordarían.
Diario
Para ello, lo primero que hizo fue desempolvar el viejo diario que ella escribió en la selva para buscar el rastro que los llevara hasta ellos, a través de las frases que recogían lo que vivió y pensó durante su cautiverio, así como para entender por qué los había perdonado. Y de esta manera comienza un recorrido íntimo por las selvas colombianas y entender un poco más las palabras escritas por su madre.
Valiente
‘Del otro lado’ es una valiente y sobrecogedora película, que tiene tanta fuerza en sí misma que obliga a creer que la reconciliación si existe en todos los niveles y que la resiliencia hace parte del ADN propio del colombiano, donde el diálogo será siempre el mejor camino.
El recorrido de ambos hermanos por las selvas colombianas es la vivencia propia de muchas personas que perdieron a familiares y amigos y nunca supieron que fue lo que pasó. La cinta explora con toda la franqueza lo ocurrido con su madre y de alguna manera, el lado humano de seres humanos que vivieron en el conflicto que se convirtieron en cifras de una guerra que desangró al país.
Entrevista con el director Iván Guarnizo en el programa Popcorn en Bandas Sonoras
Entrevista con el director
Esta película puede tener muchas lecturas para el público ¿cuál es la suya?
No quiero restarle importancia al hecho de que los secuestradores cometieron un acto criminal y aunque muchos fueron llevados por las circunstancias y dejaron un rastro de dolor muy grande, lo hicieron conscientes de sus actos. Por otro lado, me cuesta mucho arrogarme cualquier papel representativo, en nombre de todos lo que vivimos esta experiencia, porque cada quien tiene el derecho de vivir su propio proceso, involucre o no el perdón.
Sin embargo, lo que sí puedo decir, desde un nivel muy personal, es que fue una catarsis familiar, algo inesperadamente bello. La relación con mi hermano se fortaleció, gracias a que por primera vez hablamos de manera profunda y desde tantos ángulos de todo lo que sufrimos. También nos permitió adentrarnos en nuestro dolor, e intentar entender el otro lado, el de los guerrilleros que estuvieron con mi mamá y conocer esos lugares en donde estuvieron, esos territorios de Colombia de los que se habla mucho, pero que poca gente visita.
¿Qué es lo que quiere transmitir con esta película?
Que solamente a través del diálogo y la comprensión podremos llegar a algún tipo de reconciliación. Lo digo desde lo personal, en el sentido de que no quiero hacer un relato moral para nadie, solamente hablo de mi proceso, por si le sirve a otra persona que haya vivido algo medianamente parecido.
Las circunstancias de cada secuestro en Colombia, así como otros hechos victimizantes, son muy diferentes, incluso me he puesto a pensar qué hubiera pasado si mi mamá no hubiera vuelto, si la hubieran matado o hubiese muerto en cautiverio, o desaparecido simplemente. Me pregunto cómo hubiera sido mi reacción tantos años después; no puedo responderlo, tal vez, hubiera sido muy diferente y creo que eso le pasa a muchísima gente.
Entrevista tomada del material de prensa de la película.
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